La publicidad se ha transformado en los últimos años en un entorno que lleva como seña de identidad la constante renovación ligada al auge de las telecomunicaciones y la explosión de las redes sociales. El famoso publicista Don Draper acuñó en la mítica serie de televisión Mad Men una frase bastante elocuente: “Vivo como si no hubiera mañana porque no lo hay”. Esta declaración resume a viva voz la necesidad de innovación permanente en el mundo de la publicidad, algo innato en la naturaleza del profesional de la comunicación.

La publicidad se ha ido mimetizando conforme a las necesidades de los públicos, aunque, bien es cierto que aquella más tradicional tiene algunas dificultades para adaptarse a los requerimientos y necesidades de los clientes. Pese a ello, posee también virtudes que la convierten en la actualidad en un canal fundamental para acercarse a audiencias más alejadas de las nuevas tecnologías.

Los medios de comunicación de masas han tenido una influencia brutal en la conducta y modos de hacer de la sociedad a lo largo de los años, fundamentalmente a través de la televisión, pero su impacto no ha sido para nada desdeñable también en radio, prensa o revistas. La publicidad tradicional apunta en su objetivo primordial a llegar al mayor número de personas posibles sin importarle quién, ni cómo ni cuándo, poniendo el foco en el producto para que el público conozca sus características.

Del Off hacia el On

Sin embargo, el grueso de la publicidad se está encaminando del “Off” hacia el “On” en un proceso de modernización en búsqueda de la eficiencia. Como demuestra el estudio Infoadex, de la inversión publicitaria en España en 2020, el 44.5% de las campañas se destina al ámbito digital, superando ampliamente al sector de medios de comunicación tradicional.

El marketing digital tiene como objetivo crear una relación más personalizada con el usuario a través de los medios que ofrece internet como las redes sociales y los blogs. Este tipo de publicidad tiene la ventaja de necesitar de una menor inversión para llevar a cabo estrategias que sean exitosas puesto que los anuncios que aparecen en la web son más fáciles de crear, gestionar y publicar, gracias en gran medida a herramientas como Google Ads o similares.

Es difícil no estar conectado, como mínimo, más de 3 o 4 horas al día a internet, por lo que los anuncios online tienen una repercusión constante en cualquier momento de la jornada, lo que permite que la marca tenga una visibilidad ininterrumpida. Además, otro de los aspectos que enriquece a la publicidad digital es la capacidad que tiene para realizar una segmentación definida y alcanzar a un público determinado, ya sea por ubicación geográfica, rango de edad o por preferencias y gustos del usuario. En definitiva, la publicidad digital penetra más entre las audiencias y genera un retorno superior gracias a la personalización y segmentación.

Si nos ceñimos a la filosofía de Don Draper, esto es así hoy, pero, mañana quien sabe, aunque, la mayor certeza que tenemos es que estaremos aquí para contarlo.

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